viernes, 16 de agosto de 2013

Diario 3 --- El Cuaderno de Rutka


Rutka Laskier
El cuaderno de Rutka



El cuaderno de Rutka  es el diario de una muchacha judía de 14 años en el que describe sus últimos meses de vida en el ghetto de Bedzin.
El diario fue escrito entre  enero y abril de 1943.

“Me gustaría verter en el papel todo el desconcierto que llevo dentro…”

19 de enero de 1943
Aún no me hago a la idea de que ya estamos en 1943 y de que han pasado cuatro años desde que comenzó este infierno. Los días transcurren deprisa; cada uno parece idéntico al anterior. Cada jornada lleva consigo el mismo tedio glacial y asfixiante. En la ciudad reina un gran alboroto: mucha gente está a punto de partir hacia la “tierra de los ancestros”, Palestina. Entre estos afortunados se encuentran también Syma, Bomek y Ran . No sé cómo explicar los sentimientos que me embargaron al enterarme. Era algo como una mezcla de envidia y alegría. Nosotros también vivimos con la esperanza de conseguir los documentos. Si eso llega a suceder, creo que me va a dar mucha pena abandonar Bedzin;  es como si tuviera una inconsciente curiosidad  por saber qué  va a suceder aquí… Ahora estoy leyendo un libro maravilloso, Juliano el Apóstata, y la Tumba del Soldado Desconocido de Strug.
Este libro refleja mi forma de pensar.  Quiero sumergirme por completo en los libros, en libros buenos, filosóficos.  Uno de los que me puso el corazón en un puño fue El Golem, de Gustav Meyrink. Era una historia sobre las visiones del Golem, un hombre que ha perdido el juicio.  En realidad, no sé si creer o no en fantasmas.  La fe en cosas que están más allá de este mundo es para mí la roca a la que puedo aferrarme en los momentos de mayor ansiedad.  Me gusta reflexionar sobre la vida después de la muerte y otros asuntos inescrutables.

Syma y Bomek, los tíos de Rutka, y su hijo Ran no consiguieron abandonar Bedzin donde perecieron, al igual que el resto de su familia. Antes del estallido de la guerra, Syma, la hermana de la madre de Rutka, fue a Israel con sus padres, los abuelos de Rutka, y alli nació Ran, su hijo.  Regresaron a Polonia después del inicio de la contienda empujados por la creencia de que los rusos llegarían enseguida e instaurarían el ¨Jardín del Edén¨socialista.

Gustav Meyrink (1868-1932) escritor austriaco que escribií historias llenas de fantasía y terror.  El libro se basa en la leyenda del Golem creada por el Maharal de Praga en el siglo XVI.

25 de enero de 1943
Nada, como siempre. Cada día es lo mismo, excepto que mamá está cada vez más alterada y me chilla por culpa de Henius. El chiquitín es una ricura, pero al mismo tiempo terriblemente detestable. No puedo hablar delante de él, porque luego se lo cuenta todo a los viejos. No tengo nada para leer. Con Mietek ya todo va muy bien y eso me agrada mucho… Por la noche vino a verme Micka. Salimos a tomar algo. Me cae muy bien, practicamente la adoro. El asunto con Mietek ha vuelto a complicarse: cree que lo espían. Mañana voy a tener unas palabras con él. Casi se me olvida: hoy he visto con vida a Lusia. Ni se ha inmutado. Mañana voy también a tener que aclarar las cosas con Janek. Voy a decirle que va a tener que ser puntual si quiere ser mi amigo….. Me voy a dormir.

Rutka escribió este diario para si misma, con la finalidad de no olvidarse de nada, tal y como lo menciona en su anotación del 6 de febrero de 1943 cuando describe la Aktion del 12 de agosto de 1942. Quizá por este motivo o tal vez a causa de su estado emocional en aquellos momentos, el significado de algunos fragmentos y resulta confuso o fuera de contexto.  Su estilo de redacción tampoco es uniforme.  Algunas veces redacta con mucha precisión frases de gran profundidad y otras veces nos hallamos ante fragmentos y oraciones mal expresadas. 



Mañana del martes 26 de enero de 1943
Micka ha venido a verme otra vez, trayendo un montón de noticias. Alguien le había dicho que me había cortado el pelo para gustarle más a Janek, que me había puesto medias de seda para él  y todo eso.¡Mentira podrida! Como si él me interesara…Como me encuentre a Tusia en la calle, voy a preguntarle quién le ha dado permiso para soltar esos chismorreos, y de paso voy a recordarle cierto incidente que ocurrió en la noche del 2 al 3 de enero. 
Quiero que cierre la boca y deje de comentar mi manera de vestir… Me pregunto si dará resultado.  Hoy voy a ir al fotógrafo para recoger seis fotografías por cinco marcos, a cuenta del próximo sueldo.

27 de enero de 1943
Hoy me siento rara. Me embarga una esperanza de alegría y felicidad que soy incapaz de explicar. Es como si hubiera absorbido toda alegría y toda la lejanía infinita. Y lo más importante, no tengo morriña. Otros días me invade una enorme añoranza por algo hermoso y lejano. Tengo la sensación de que me tranquilizaría algo si tuviera la ocasión de permanecer en un lugar bonito, admirando un paisaje precioso. Cuando estoy en la orilla del río, contemplando el borboteo del agua de la cascada, siento que una parte de mi ser se eleva, emerge y va dirigiéndose hacia muy lejos.
Ya he posado para mi foto de retrato. Siento curiosidad por saber qué aspecto tendré. Aunque no suelo salir demasiado bien en las fotografías, en realidad soy bastante guapa. Voy a hacer una descripción detallada de mi persona: soy alta, delgada, tengo unas piernas nada feas y una cintura muy fina.  Mis manos son alargadas, pero tengo unas uñas feas, o, más bien, descuidadas.  Tengo grandes ojos de color marrón oscuro, cejas densas y pestañas largas, incluso muy largas.  Pelo negro, corto y peinado hacia atrás.  Nariz pequeña y respingona.  Labios bien marcados. Dientes blancos como la nieve. Y ya está: éste es mi retrato. 
Me gustaría verter en el papel todo lo que está sucediendo dentro de mí, pero me siento absolutamente incapaz. Ahora voy a describir también mi vertiente espiritual. Dicen que soy lista y culta, quizá sea cierto, aunque nunca he estudiado, es decir, nunca he sido aplicada estudiando. A veces estoy tan abatida que cuando abro la boca es sólo para fastidiar a alguien.
Me encanta importunar a la gente, pero me modero, ya que se dice que las heridas físicas cierran pronto, pero lo que queda es el daño moral.
Otros días, como por ejemplo hoy, estoy eufórica y podría pasarme el día riendo.  Además, debo de resultar excéntrica y loca, porque me gusta decirle a cada uno en la cara lo que pienso de él, y eso no suele ser nada conveniente.  También me encanta vestir de modo estrafalario; por ejemplo, una vez salí a la calle en pantalones.  Básicamente, no le doy más vueltas.  Soy como soy y ya nada puede cambiar eso.  ¨Te veo luego¨, diario mío.

28 de enero de 1943
Soy tonta, tonta de remate. Me encontré con Micka ayer por la tarde mientras Nina y yo dábamos un paseo junto a la vieja plaza del mercado. Ella iba en compañía de Rózka y Minda. “Micka”, la llamé pero ella no me respondió y siguió andando a pesar de que me oyó perfectamente. No me perdono el haberla llamado. Todo ha terminado entre ella y yo. Finito. Además prefiero a Nina, es más digna de confianza.  Ha venido a verme esta tarde y hemos salido por ahí.  Después de las siete, la acompañé a comprar levadura a la tienda de enfrente de la casa de Lolek.  Ella entró a comprar y yo me quedé esperándola delante de la puerta.  Jumek y Natek pasaron por allí y se detuvieron a preguntarme si estaba esperando a Janek.  Idiotas.  Se podían haber ido con esa idea de verdad, pero, por suerte, Nina regresó a tiempo. Mañana voy a ir a  casa de Lolek para que me preste algunos libros. Al fin y al cabo no es mi intención ir al apartamento de Tusia.  Voy a pesar de todos ellos, no me importa la opinión de nadie salvo la de Mietek, Nina y quizá Janek, aunque no se ha asomado por aquí desde el martes. ¡Qué raro! A decir verdad, eso me alegra un poco, porque de ese modo me libro de las conversaciones o, para ser más exactos, de las preguntas de la criada
….La gente tiene ideas muy anticuadas sobre la amistad entre chicos y chicas adolescentes. Son incapaces de entender el nuevo mundo…Aún he de pensar adónde voy a ir mañana.  ¿Debo esperar junto a la fábrica o voy al apartamento?  Probablemente voy a encontrármelos a todos allí.  Me importa un pepino, lo único que me interesa es recoger los libros.  Iré con Nina después de las siete.  Bueno, vale de escribir por ahora.  Me doy cuenta de que siento mucho alivio, como si me hubiera confesado.  Me pregunto si se le permite a una judía conversarse con un sacerdote cristiano.  ¿A quién se lo podría preguntar?

29 de enero de 1943
Janek no viene…

30 de enero de 1943
Hoy mil demonios corren posesos por mi cabeza. Me reuní con Mietek y estuvimos hablando sobre nuestras vidas en el futuro. Había quedado con Janek y Micka a las cuatro y media de la tarde. Después de ver a Mietek regresé a casa antes de las cuatro y me dijeron que Janek ya se había marchado; probablemente ya no volverá. Micka tampoco viene. ¿Cómo no voy a enfadarme? Es un fiasco total. No sé qué me está pasando. Micka puede llegar en cualquier momento y papá está en casa; qué mala suerte. A veces, los desastres nos caen encima todos a la vez. ¿Qué voy a hacer ahora? ¿Cómo voy a concretar otra vez con Micka y Janek? ¡Ah, si que estoy enfadada! Sobre todo con Janek . En vez de venir a las cuatro y media, viene a las tres y media. No había aparecido durante tanto tiempo porque le daba vergüenza; le habían quitado las botas y ahora tiene que llevar (…) 
Janek acaba de llegar ahora mismo y se ha marchado enseguida, prometiendo volver pronto. Me levanto por la mañana de buen humor.
Me gustaría.

31 . 1. 43

1. 2. 43

Nada

2. 2. 43

3. 2 .43

4. 2. 43

5 de febrero
El cerco se estrecha cada vez más. El mes próximo esto va a ser ya un ghetto, un ghetto de verdad rodeado de murallas de piedra.
En verano va a ser insoportable permanecer encerrado en esta jaula gris sin poder ver los campos ni las flores. El año pasado solía ir al campo. Siempre recogía muchas flores. Eso me hace recordar aquel tiempo en que era posible salir a la calle Lachowska sin el riesgo de ser deportado, ir al cine por la tarde… Las atrocidades de la guerra me han empapado hasta tal punto que no me afectan las peores noticias. Simplemente, yo no creo que alguna vez pueda salir de casa sin llevar la estrella amarilla. Ni tampoco que vaya a terminar esta guerra. ¿Cómo podría ocurrir? Lo más probable es que me volviera loca de pura alegría si llega a suceder alguna vez. Pero ahora he de pensar en el futuro próximo, y ese es el ghetto. Entonces, va a ser imposible ver a nadie, ni a Micka, que estará en Kamionka,”C”, ni a Janek , designado a “D”, ni a Nica. Dios mío, ¡ay Dios mío! ¿qué será de nosotros? Bueno, Rutka, has debido volverte completamente loca: ¡clamas a Dios, como si existiera! La escasa fe que pudiera tener en el pasado se ha reducido a cenizas. Si Dios existiera no permitiría que seres humanos fuesen arrojados vivos a hornos crematorios ni que aplastaran las cabeza de niños pequeños a golpes de culata o que los metieran en sacos para que murieran gaseados. Al final, esto se parece a un cuento de la abuela: quienes no lo hayan visto no lo van a creer, pero no es ningún cuento, es la verdad. Basta recordar a ese viejecito  a quien pegaron hasta dejarlo inconsciente por haber cruzado mal la calle. Parece absurdo, pero todo esto no es nada mientras nos libremos de Auschwitz… y la tarjeta verde… del final… ¿Cuándo llegará?

Probablemente, el temor de Rutka era que en Kamionka no iba a poder ver a sus amigos, ya que estaban asignados a diferentes grupos de trabajo.

6 de febrero de 1943
Algo se ha quebrado en mi interior. Todo mi ser se encoge cuando paso junto a un alemán. No sé si es por culpa del pánico o del odio; me gustaría torturarlos a ellos, a sus esposas y a sus hijos, que nos echan encima a sus perrillos falderos. Golpear y ahogarlos cada vez con más fuerza…Cuando va a llegar ese día del que habla Nica… esto es un asunto, y ahora, otro.  Creo que me estoy haciendo mujer. Ayer, cuando me daba un baño y el agua acariciaba mi cuerpo, anhelé las caricias de otras manos… No sé lo que esto significa, ya que jamás había experimentado nada similar hasta ahora… Hoy he estado con Micka. No sé qué le dan esos amantes suyos tan “miserables” como para que se niegue incluso a discutir con ellos. Los tiene encandilados a todos. Parece que cada chico tiene que estar “colgado” con ella; aquí , por supuesto, pienso en Janek, pero él la encuentra repulsiva. (No sé por qué) Creo que a Janek le gusta mucho, pero, para mí, ni frio ni calor.
Hoy he recordado con detalle los hechos el 12 de agosto de 1942, lo que sucedió en el Hakoah Voy a intentar describir lo que pasó ese día para poder rememorarlo dentro de unos años, si no me deportan, por supuesto.
Nos levantamos a las cuatro de la madrugada. Teniendo en cuenta que son tiempos de guerra, tuvimos un desayuno copioso: huevos, ensalada , mantequilla de nata, café con leche. Eran las cinco y media cuando salimos. Miles de personas abarrotaban las calles. Teníamos que pasarnos de vez en cuando para dejar pasar a la multitud que nos precedía. Llegamos al lugar a las seis y media y nos las arreglamos para conseguir buenos asientos en un banco. Nuestro ánimo estuvo bien hasta las nueve. Entonces me asomé a la valla y vi soldados con ametralladoras apuntando a las plaza por si alguien pretendía escapar. (Allí por donde era posible escaparse). Los adultos se desmayaban y los niños lloraban. El Día del Juicio empezó enseguida. Hacía un calor espantoso y la gente tenía sed, pero no había ni una gota de agua por allí. Entonces, de pronto, comenzó a llover a cántaros y siguió lloviendo todo el tiempo.Kuczynski llegó a las tres de la tarde y entonces comenzó la selección: “1” significaba regresar a casa; “1ª”, ir a trabajos forzados, lo cual era mil veces peor que la deportación; “2” significaba
“revisión posterior” y “3” la deportación ,o , dicho en otras palabras, la muerte. Nos presentamos para la selección a las cuatro, Entonces comprendí qué significaba una desgracia. Papá, mamá y mi hermanito fueron enviados al grupo 1 y yo al grupo 1ª. Caminé como en trance hacia mi grupo, donde ya estaban Salek Goldzweig, Linka Gold y Mania Potocka. Lo más extraño de todo es que ninguna de nosotras lloraba nada, NADA EN ABSOLUTO. No derramamos ni una sola lágrima. Entonces, vi tantas desgracias que sería inútil intentar describirlo con palabras. Los niños pequeños yacían sobre la hierba mojada mientras la tormenta arreciaba en lo alto. Los policías goleaban a la gente con saña y les disparaban. Permanecí allí sentada hasta la una de la madrugada. Luego salí corriendo con el corazón desbocado y me escabullí saltando por la ventana del edificio anexo, desde la primera planta, y no me pasó nada, sólo me sangraban los labios de habérmelos mordido tanto. Estaba totalmente destrozada y sentí que no iba a poder soportarlo más cuando, ya en la calle, corrí hasta toparme con un hombre de uniforme. Estaba convencida de que me iba a golpear, pero parecía borracho y no vio la estrella amarilla en mi ropa, por lo que me dejó que me marchara. A mi alrededor reinaba una oscuridad absoluta… un trayecto en el que solía invertir media hora lo hice entonces en diez minutos. Todos estaban en casa, salvo la abuela, a quien papá había escondido para traerla a casa al día siguiente. Y eso fue todo. Ah, olvidaba lo más importante.  Vi, con mis propios ojos, cómo un soldado arrancaba a un bebé de las manos de la madre y le abría la cabeza a golpes contra un poste de electricidad. Los sesos de la criatura salpicaron la madera.  La madre enloqueció.  Ahora lo escribo como si no hubiera pasado nada, como si yo misma formara parte de un ejército entrenado para la crueldad; soy joven, tengo catorce años, todavía he visto poco en la vida; sin embargo,  ya me he vuelto tan indiferente.
Ahora (…) lo único que siento es un miedo terrible. Cuando veo a alguien con uniforme, pienso apenada en las masas que esperan la muerte. Je je, es fácil enloquecer  si te pones a recordar todo lo ocurrido.
Vamos ahora con los asuntos del día: Janek vino esta tarde. Tuvimos que sentarnos en la cocina. Le puse de los nervios cuando le dije que había devuelto todas mis fotos.  Se disgustó mucho. De pronto, mientras estábamos hablando, me soltó que le gustaría mucho besarme. Dije “quizá” y seguí hablando.  Se turbó un poco.  Éste se pensaba que yo era como Tusia o Hala Zelinger.   Sólo dejaría que me besara alguien a quien yo amo, y por él  no siento más que indiferencia. Luego papá me envió a hacer un recado y tuve que salir.  Janek me acompañó.  Ya en la escalera le pregunté si creía que besar era algo tan placentero y  ya tenía curiosidad por saber cómo era el sabor que tenía (lo cual es totalmente cierto).  Se echó a reír (debo admitir que tiene una risa muy agradable) y me contestó que él también sentía curiosidad. Quizá, pero no voy a dejar que me bese.  Me temo que eso pueda arruinar algo hermoso y puro, y también temo que me iba a llevar un buen chasco.

-Referencia al campo de Hakoah, el equipo de futbol de Bedzin, dond en esa fecha tuvo lugar la aktion de judíos.
-Salek Goldeweig, Amiga de Rutka, fue asesinada en Auschwitz en 1943.
-Paulinka (Linka) Gold, Compañera de colegio de Rutka, sobrevivió al Holocausto y actualmente vive en Londres.

Lunes 15 de febrero de 1943
No he escrito durante unos cuantos días , la verdad que no hay qué escribir.  Bueno, tal vez sobre el repligue de los alemanes en el frente oriental, lo cual parece indicar que el fin de la guerra está ya cerca.  Mi única preocupación es que acaben con nosotros, los judíos, antes de que ocurra eso.  Pero mira que soy lista.  He escrito mucho sobre la guerra y todavía no he hablado de mí: Janek no ha vuelto desde el miércoles pasado.  He de admitir que le echo de menos, es decir, a él no, pero sí su cara.  Tiene una cara blanca preciosa. Si tampoco viene hoy, me temo que tendré que ir a esperarle enfrente del Wariat {Wariat es loco en polaco.  Lo mas probable es que se tratara de un lugar, pero no queda claro, qué clase de sitio era}. ..Jumek le dio a Mietek una fotografía de Tusia.  Siento curiosidad por saber si Jumek sigue enamorado de Tusia.  La verdad es que es un buen chico.  Me gusta, aunque no del mismo modo que Mietek, con quien si puedes hablar y olvidar la diferencia de sexos, lo cual me encanta. Janek se muestra muy amable y reservado siempre que hablo con él, como si esperara que le ayudara en algo para demostrarme su superioridad.  ¡Ay, él y su superioridad! Es algo que no soporto, por eso me ha gustado tanto Tolek.  En realidad me sigue gustando, pero hace ya bastante que no le he visto. Tengo planeado ir a su casa para coger el libro P.P.  Dicen que es una maravilla.  Sería una gran oportunidad para hablar con Tuska sobre Rozka. ¡Cómo odio a ese par! Rozka me cae incluso peor que Tuska; con ella me enfadé cuando vi lo celosa que se ponía (aunque entonces no comprendía todavía la razón), cómo temía dejarme sola con Janek en la misma habitación.  Discutí con ella por su propio bien.  Le monté un numerito y reñimos; en realidad, eso le complació mucho.  Y otra cosa.  He decidido dejar a Janek que me bese.  Al final, alguien va a tener que darme el primer beso.  Que sea él.  Para ser sincera, si que me gusta.

17 de febrero de 1943
Por fin he conseguido ponerme en contacto con Nica. Hemos quedado esta tade a las cinco y cuarto en casa de Jumek. Estoy feliz, no sólo porque tenga lugar el encuentro, sino también porque voy a ver a Janek.  Resulta interesante que, cuanto menos lo veo, más me gusta.  Me gustaría saber qué vamos a leer con Nica…También he de ir a casa de Lolek para recoger los libros.  No puedo demorarlo más.  Últimamente estoy muy distraída.
esperarle enfrente del Wariat ) Wariat )_+Si tampoco viene hoy, me tome que tendr en el frente oriental, lo cual parece indicar

En aquel tiempo la educación estaba prohibida para los judíos. Algunos padres como los de Rutka, localizaron profesores.  Los niños se reunían en grupos de tres o cuatro y recibían clases a escondidas con ayuda de libros.

20 de febrero de 1943
Tengo la impresión e que ésta es la última anotación. Hay una aktion en la ciudad. No me dejan salir y estoy enloqueciendo, prisionera en mi propia casa.  Quería ir a casa de Jumek y avisarle de la redada.  Espero que no le hayan atrapado.  Desde hace unos días se siente algo amenazador en el aire.  Ayer tuvo lugar una Ausrottungkommission (reunión de la comision de exterminio) en Chrzanów.  Dicen que va a haber otra aquí. El pueblo permanece a la expectativa con la respiración contenida, y esa espera es lo peor de todo.  ¡Cuánto me gustaría que terminase todo ya! Esto es un suplicio, es el infierno.  Intento desechar esos pensamientos sobre el futuro, pero me acosan, pesados como moscas.  Si sólo pudiese decir ¨se acabó¨, se muere una vez…, pero no puedo porque, a pesar de todas esas atrocidades, quiero vivir y espero al día siguiente, lo que en este momento significa esperar Auschwitz o los campos de trabajos forzados.  Debería dejar de pensar en esas cosas, por lo que voy a escribir sobre asuntos privados.  Me he comportado como una completa idiota con Janek.  Ahora he abierto los ojos y he espabilado.  Así, sin más, sin hablarle ni verle siquiera.  Es un tipo repulsivo, uno de esos que matan con guantes blancos.  Tampoco es muy inteligente, lo único que le preocupa son nimiedades como llevar bien planchados los pantalones, cuántos pasteles puede comerse en el café de Frontag y las piernas bonitas de las chicas. Es un hipócrita.  De todos modos, está claro que no es un comunista, por lo que no comprendo por qué Lolek le ha metido en esto.  Solo puede hacer daño.  Demonio asqueroso.
Jumek es harina de otro costal.  Un chico sencillo, lo cual no quiere decir que sea de mente simple; tiene una notable inteligencia práctica e innata. Muy entregado a Nica y compañía.  Sin entrar en detalles innecesarios, me gusta mucho.  Ayer quería ir con ellos a casa de Tusia para contárselo todo, y de ese modo cerrarle esa enorme bocaza que tiene.  ..Quizá vaya también a ver a Jumek.  Me encantaría.  Rutka, ¿por qué se te ha metido en la cabeza que le odias?

No está claro a qué se refiere Rutka.  El texto podría referirse a los grupos de estudio clandestinos o a las actividades encubiertas del movimiento juvenil Gordonia del que formaba parte la joven.  Quizá ella tuviera vínculos con la resistencia como sospechaba Stanislawa Sapinska.

24 de febrero de 1943
La tensión ha remitido en el pueblo por el momento. ¿Quién sabe lo que va a suceder?
Se habla de un llamamiento general del Arbeitsamt para todos los hombres y mujeres de 16 a 50 años. Otra vez vuelven a perseguir a los comunistas. …El sábado porla tarde salimos por ahí  y dimos un paseo. De camino, nos encontramos con Janek, iba vestido con su traje marrón.  Se acercó a mí y me preguntó adónde iba.  Le contesté que a dar un paseo.  Preguntó si el resto de la banda iba a pasear también.  Asentí.  Se quedó perplejo, pero, al final, decidió acompañarnos.  Luego se puso a hablar con Jumek.  Se quedaron atrás, entonces me volví y les pregunté: ¿¨Vienes, Jumek?¨.  Janek se sonrojó e inquirió con una sonrisa forzada: ¨Bueno, ¿ya no significo nada para ti?¨. Me estrechó la mano –sólo a mí- y se despidió.  ¡D; os, qué tipo tan desagradable! Después me presentaron a Salek Sapeer.  Un chico muy agradable.
La relación con mamá se complica cada vez más.  Ayer me vio con Jumek, Mietek y Micka.  Intentó sacarme una confesión.  No comprende lo difícil que me resulta abrir el corazón a un adulto.  Tal vez le podría confesar algo a Micka, pero tampoco todo.En los últimos tiempos quiero  a mis padres incluso más que antes, pero a veces se portan mal conmigo, lo cual me hiere y entonces me vuelvo mala y me vuelvo antipática.

Oficina de empleo del Judenrat (Consejo Judío dentro de los Ghettos que tenía poderes muy limitados y que asignaba trabajadores judíos según las demandas de los alemanes).

1 de marzo de 1943
Otra vez he estado sin escribir mucho tiempo. En estos seis días nuestro apartamento se ha reducido a una única habitación. Se está muy apretado y nadie sabe dónde encontrar las cosas. ..
…¡Qué aburrido es estar en casa! Es un fastidio, pero no hay dónde ir. Ya no quedan judíos en la calle Modrzejoeka. Hoy nos hemos tenido que presentar delante de la comisión. Voy a trabajar en el Sammelwerkstäte des Sonderbeauftragtes (Agencia de servicios especiales y quizá se refiera al taller de corte y confeccion de uniformes de un alemán). Es el taller más seguro de todos. Este sábado quiero invitar a Jumek, Janek y Micka. Nos sentaremos en el cuarto pequeño. Ya he escrito bastante por hoy.
Una cosa más. He visto a Heini Wajnsztok. Me lo había figurado como un apolo y es, simplemente, un joven de tez pálida con cara de peluquero y un peinado cuidadoso.

7 de marzo de 1943
No comprendo por qué no logro plasmar sobre el papel lo que bulle en mi corazón. Resulta muy difícil analizarse a uno mismo. Me estoy convenciendo de que no estoy enamorada de Janek, pero, en realidad, le echo de menos y a veces sufro por no verle ni oir su voz. En ocasiones, me arrepiento de haberme mostrado tan fría con él.
Más de una vez me reí de él, y el pobre se hacía sangre en el labio de tanto mordérselo.

Se ha ido ayer,
el ayer.

Me quedé sola en los campos al atardecer
y mis problemas hacia lo alto volaron.
¿Cuándo ocurrió? ¿Ayer?
Sus labios me besaron,
me besaron.
La verdad es que no debería serntirme tan desesperada.  Ni siquiera nos hemos peleado, pero algo se estropeó cuando le enseñé mis fotografías con una dedicatoria para Mietek.  Entonces me miró con esos horribles ojos suyos, permaneció en pie durante unos instante y luego se marchó.  No ha estado aquí desde entonces.  ¿Por qué?
He estado fingiendo mi indiferencia, pero, en realidad, me resulta muy difícil aguantar su ausencia.  Pero todavia no es demasiado tarde.  Quedaré con Nica y le veré en su casa.  Me gustaría poder dejar atrás todo esto e irme lejos, muy lejos de Janek, Jumek, Mietek,mi casa y toda esta gris podredumbre.  Quisiera extender las alas y volar muy alto y muy lejos, oír el silbido del viento y sentir su soplo en la casa, sentir la brisa.  Desearía volar hasta llegar a lugares donde no hubiera ghettos ni talleres (Los jud;ios del ghetto eran obligados a trabajar en talleres y fábricas propiedad de los alemanes) ni persecusiones de judíos.  Y eso es todo por ahora, me voy a dormir.  No hay nada comparable al sueño, como dice Chodasiewicz en el poema La Casa Feliz

El amargo poso de un corazón abatido
Duerme sosegado en un cáliz oscuro
¿Quién no ha apurado ese trago negro
cuando el poso amargo llenaba el corazón
y en el cáliz halló el reposo del sueño?

Janek estuvo en mi casa por última vez el 13 de febrero de 1943. Creo que le voy a pedir que no venga nunca más.

8 de marzo de 1943
¿Qué te pasa Rutka? Eres incapaz de controlarte. Eso no es bueno. Debo calmarme y dejar de empapar la almohada con lágrimas. ¿Y por culpa de quién o de qué estoy llorando? No será por Janek, claro que no. ¿Y quién la tiene entonces? Probablemente lloro la falta de libertad. Estoy asqueada, harta de estas casas grises y del miedo continuo en el rostro de todo el mundo. Los tentáculos de ese miedo nos envuelven a todos y no dejan respirar. Ese pánico atenaza a todos y no les permite ser ellos mismos. Probablemente, hoy vendrán a verme Nica, Jumek y Janek. Maldita sea, otra vez Janek. Había decidido no volver a pensar en él, pero siempre acaba regresando a mis pensamientos. ¿De verdad estoy tan chiflada por él? ¿Será esto lo que llaman amor?
¨Sí, Janek, me he enamorado de ti, pero he cometido un error imperdonable: me enamoré de ti en tu ausencia.  Creo que tú también me quieres, pero eres demasiado orgulloso para volver.  Eso lo sé a través de Jumek.  Una vez que estabas con Lolek, te incorporaste de repente, te pusiste el abrigo y dijiste: ¨Me voy a cada de Rutka¨.  Entonces Jumek te avisó: ¨No tan deprisa.  Ella dice que tus visitas no le hacen mucho tilín¨. Al parecer te pusiste pálido y estuviste malhumorado toda la tarde. Janek, pequeño idiota, verás como vuelves conmigo.  R¨.
Quienquiera que lea esto pensará que va en serio.  Sé cómo ponerle emoción a lo que escribo.

9 de marzo de 1943
Creo que he perdido la cabeza por completo. Hoy mismo al despertarme he comprendido que no queda en mi interior ni una pizca de cariño hacia Janek. Lo más probable es que me lograra persuadir a mi misma de que le quería, tal y como he hecho todas las demás veces que me he enamorado, excepto cuando me enloquecí por Tolek. Tolek vive ahora en Bedzin y espero encontrarme con él esta misma semana. Estoy que no quepo en mí de alegría, no le he visto en mucho tiempo.  Le he echado mucho de menos.
…Ay, qué ganas tengo de que termine pronto la guerra. Todos los días son iguales. El asunto me tiene harta y aburrida.
Es muy probable que el mes que viene empiece a trabajar. Quiero aprender a trabajar. Ser comunista y no trabajar son cosas incompatibles.

Miércoles 17 de marzo de 1943
No ha ocurrido nada especial. Tendremos que mudarnos de esta casa a Kamionka (barrio en las afueras de la ciudad dónde se confinó a los judios en un ghetto durante la primavera de 1943)  dentro de tres meses. En realidad, eso no es lo peor. Ayer vi a Janek en la calle. Se detuvo a saludarme, pero seguí mi camino y fingí no verle. ¡Cuánto me aburro! El domingo fui a casa de Tolek, en Kamionka, pero él no estaba.  Es una pena.  Quisiera darles el plantón a Micka, Nina, Hala y a los demás, salvo a Tolek.  Me gusta mucho y creo que yo también le gusto, es decir, me cae muy bien, pero no pierdo la cabeza por él.  No entiendo eso de estar loco por alguien, me parece que tiene que ver tan sólo con la atracción física.  Eso es lo que les sucede a Janek, Marek, Maniek y el resto.  El matrimonio es una completa necedad.  La gente se queda atrapada para siempre y todo está dominado por el sexo.  No existe el amor platónico o quizá, es lo que encubre la amistad.  Creo que las personas que se quieren de verdad no deberían casarse en absoluto.

20 de marzo de 1943
Hoy me han asignado un trabajo. El lunes tendré que estar en la fábrica a las seis  y media de la mañana.¡Caray! La seis y media es muy temprano; si por lo menos estuviéramos en verano sería soportable. Me pregunto qué clase de trabajo me habrán asignado… Supongo que mañana voy a encontrarme con Tolek, lo cual me llena de alborozo. En la actualidad se nos permite pasear unicamente por Zawale y Gzichow (barrios de Bedzin). Es un agobio, ya que por esas dos calles salen a dar un paseo cientos de chicos y chicas adolescentes, y hasta el último donjuán del pueblo acude a cazar. Debo pasar por allí cuando voy a ver a Micka y no me encuentro cómoda.  Esos fanfarrones desnudan con los ojos a cada una de las chicas que ven pasar y las van puntuando.  No puedo eludir los comentarios sobre mis piernas y mi rostro a pesar de que cruzo lo más rápido posible.  Es extremadamente desagradable la sensación de verme examinada como si fuera mercancia de mercadillo.  Siento como náuseas, mareos y algo pegajoso…Me acuerdo de que Lolek B. me miraba de este modo.  Me pregunto qu;e aspecto tendrá ahora Tolek.  El jueves, cuando me dirigía al salon de la comunidad, nos encontramos...


5 de abril de 1943
Bueno, he empezado a trabajar. Los días pasan, todos monótonos y grises. Trabajo de 8 de la mañana a 2 de la tarde. El horario resulta llevadero y el trabajo es bastante fácil, voy tirando. Pero estoy exhausta y siempre tengo sueño. Han deportado a Jumek. Lo siento de verás por él. Era un buen chico. No me siento con ánimo para seguir escribiendo.


24 de abril de 1943
Ya está aquí el verano. Me resulta sentarme y estarme quieta en el taller cuando el sol brilla con tanta fuerza. Al otro lado de la ventana florecen los manzanos y los lilos, y yo tengo que coser en ese cuarto sofocante y hediondo. Maldita sea….
… El pueblo ya está casi vacío. Ahora casi todo el mundo vive en Kamionka. Lo más probable es que nosotros también nos traslademos allí esta semana. Entretanto, me aburro terriblemente. Me paso el día entero dando vueltas por la habitación sin hacer nada.

Rumbo a las montañas
Al alba, me levanté y corrí hacia la ventana… Me vestí , hice la mochila, cogí un bastón con contera y salí. Llegué al pie de las montañas en menos de treinta minutos y comencé a subir. Podía escuchar el murmullo del río que llegaba desde el valle entremezclándose con el repique de las campanas de la iglesia…
La ladera de la montaña estaba cubierta de largas hierbas lloronas. Oídos desde lejos, los cencerros de las vacas sonaban como lamentos lejanos…

Este fragmento esta escrito en paginas aparte y no encaja en la cronologia del diario.  Hay algunas partes que estan borradas por lo que el texto no es claro.

11 de agosto de 1942



Invierno en el ghetto
Están cayendo grandes copos de nieve y un manto blanco cubre el barro de las calles. El invierno. Sin embargo, no se escuchan los alegres gritos de los niños que normalmente anuncian la llegada del invierno. Para la mayoría de los habitantes del guetto el invierno significa hambre y miseria. Hay colas por todas partes: colas para conseguir patatas, nabos, carbón, pan. Los niños vestidos con harapos, tienden las manos hacia los transeúntes con gesto de súplica para pedir limosna….


Rutka Laskier fue asesinada en Auschwitz junto con los 27.000 judíos de Bedzyn.  

Diario del Ghetto.
Si Dios existiese no permitiría que seres humanos fuesen arrojados vivos a hornos crematorios, que las cabezas de los niños fuesen destrozadas a culatazos o se les encerrase en sacos para ser gaseado hasta la muerte". Lo escribió Rutka Laskier, una judía polaca de 14 años, el 5 de febrero de 1943, pocos meses antes de morir en el infierno del campo de exterminio de Auschwitz, en un diario que escondió antes de ser deportada y que ha tardado 63 años en salir casi milagrosamente a la luz.
Rutka empezó a redactar el cuaderno el 19 de enero de 1943, con su país ocupado por los alemanes y éstos poniendo en práctica lo que Hitler y sus secuaces llamaban "solución final del problema judío", y que la historia ha acuñado con el nombre de Holocausto. La chica vivía con sus padres y su hermano menor, Henius, en condiciones más que precarias, en una sola habitación de un piso del gueto de Bedzin, al sur del país. Y como refleja su diario, que recuerda el ya mítico de Ana Frank, era perfectamente consciente de lo que estaba pasando en Europa y del destino horrendo al que se enfrentaba.
Rutka, su madre y su hermano murieron en Auschwitz. Su padre sobrevivió y emigró a Israel

"El cerco en torno a nosotros se hace cada día más estrecho", escribe el 5 de febrero. Pero la barbarie aún había de brindar a Rutka tres meses preciosos, antes de su viaje al matadero de Auschwitz, para llenar unas 60 páginas manuscritas en un sencillo cuaderno. Su contenido es un singular relato en el que esta adolescente entrelazó el miedo y las atrocidades en los que estaba inmersa y la pujanza de una adolescente que apenas se asomaba entonces a los secretos de la vida.
"Hoy he visto a un soldado alemán arrancar a un bebé de las manos de su madre y partirle la cabeza a golpes contra un poste de la electricidad. La madre enloqueció. Yo estoy aterrorizada cuando veo uniformes. Me estoy convirtiendo en un animal a la espera de la muerte". Ése es el mundo que rodeaba a Rutka un día cualquiera -el día 6 de febrero de 1943- en la rutina del gueto.
Y, sin embargo, tan sólo unos días después, la adolescente tiene ya otras cosas muy diferentes en la cabeza: "He decidido dejar que Janek me bese. Al final, alguien tendrá que darme el primer beso. Entonces, que sea Janek. Me gusta".
Aparecen el amor y la sensualidad, junto a las dudas que a menudo los acompañan; pero todo se interrumpe el 24 de abril, cuando Rutka apunta su última nota poco antes de que la familia Laskier sea deportada, primero a otro gueto y luego a Auschwitz, que ha pasado a la historia como máximo exponente del horror nazi. Rutka morirá allí. Acabada la guerra, los historiadores establecieron que tan sólo en ese campo de exterminio fueron asesinados más de un millón de judíos y decenas de miles de gitanos y de opositores políticos polacos y soviéticos.
Antes de ser deportada, sin embargo, la joven Rutka -que nació probablemente en la ciudad de Gdansk, aunque hay alguna duda al respecto- tiene la voluntad, la lucidez y la habilidad para ocultar el cuaderno en un escondrijo. Lo hizo bajo las escaleras de la casa de la calle Kasernerstrasse, número 13, por indicación de Stanislawa Sapinska, una amiga, cristiana, unos 10 años mayor que ella.
"Yo vivía con mi familia en esa casa antes de que los nazis llegaran a Bedzin", rememora ahora Sapinska, que tiene hoy 89 años, desde esta ciudad polaca. "Cuando nuestra zona fue convertida en gueto, los vecinos no judíos fuimos trasladados a otro barrio. Sin embargo, como yo trabajaba cerca de la vivienda familiar, mi padre me pedía a menudo que me acercara a ver en qué condiciones se encontraba. Así terminé trabando amistad con Rutka".
Sapinska aprovecha a veces la pausa de la comida para ir a ver a su nueva amiga. Se sientan en un banco cerca de la casa y charlan. "Era una chica agradable y sensata, y más madura de lo que su edad podía hacer pensar", recuerda. "Nuestra amistad no fue muy larga, pero se hizo enseguida estrecha, quizá por la dureza de los acontecimientos que nos rodeaban. Llegué a sentir hacia ella el cariño de una hermana mayor".
Entre tanto, la máquina de exterminio nazi se acerca, y Rutka lo sabe. "Pese a su juventud, estaba siempre mejor informada que yo", cuenta Sapinska. Tanto que, todavía hoy, sospecha que estaba en contacto con alguna organización de la resistencia.
El alto grado de conocimiento que tenía Rutka sobre lo que ocurría en Auschwitz resulta bastante insólito, ya que, por aquella época, lo ignoraban la mayoría de los judíos. Eso, sin embargo, no suscita dudas en Yad Vashem, el centro israelí dedicado a mantener viva la memoria del Holocausto que, con la publicación del diario, avala la autenticidad del mismo.
Dadas las circunstancias que la rodean, no tarda en llegar el momento en el que la adolescente empieza a perder la esperanza. "Siento que ésta es la última vez que escribo. Hay una aktion [redada] en la ciudad. No puedo salir y estoy enloqueciendo, presa en casa. Esto es un tormento, es el infierno. Intento huir de estos pensamientos, pero me persiguen como moscas fastidiosas. Si sólo pudiese decir se acabó. Sólo se muere una vez..., pero no puedo porque, pese a todas estas atrocidades, quiero vivir, y espero el día siguiente. Eso significa esperar Auschwitz". Es el 20 de febrero.
Rutka se equivoca. Aún tendrá tiempo de escribir más, de dudar de su amor por Janek, de arrepentirse de haberle tratado mal en alguna ocasión, de sentirse agotada por el miedo que lee en las caras. Ante semejante escenario, Rutka decide confiar a su amiga la existencia de su diario y le expresa su deseo de que el cuaderno no se pierda pase lo que pase.
"Como yo conocía la casa, le indiqué un escondrijo que podría utilizar en el caso de que surgieran problemas", explica Sapinska. "Acordamos que, si le pasaba algo, yo me acercaría después de la guerra para recuperar el diario".
Así lo hizo.
Terminada la guerra, Sapinska volvió a la casa de la Kasernerstrasse, número 13. Encontró el inmueble en muy malas condiciones. Fue hasta el lugar pactado. Y allí estaba, prácticamente íntegro, el cuaderno de Rutka. Sólo unas páginas habían sido arrancadas. Posiblemente la propia chica decidió en el último momento que había algunas cosas que no quería que llegaran a saberse. Quizá algo muy intimo.
"Me conmoví al encontrarlo y leerlo", recuerda Sapinska. Guarda el cuaderno en una estantería de su casa..., y allí se queda durmiendo más de 60 años. De vez en cuando lo coge, lee unas páginas, recuerda a su amiga y al destino trágico que sufrió. "Pero nunca se me ocurrió publicarlo". Lo guardó simplemente como un tesoro privado, hasta que la curiosidad de un sobrino interesado en la atormentada historia de Polonia durante la II Guerra Mundial vino a cambiar las cosas.
Sapinska tiene en su librería una buena respuesta para muchas de las preguntas del sobrino: el diario de Rutka. Nada más abrirlo, el sobrino se da cuenta del excepcional valor del documento, convence a Stanislawa de la necesidad de publicarlo y contacta con Adam Szydlowski, un funcionario del Ayuntamiento de Bedzin que lleva el centro de cultura judía de la localidad. "Cuando leí el cuaderno me quedé impresionado", señalaba el miércoles Szydlowski desde Krynica, una localidad turística del sur de Polonia, donde se encuentra de vacaciones. Se da cuenta de que, pese a tener sólo 14 años, la autora del diario posee una extraordinaria agudeza visual y un notable sentido del ritmo narrativo. El texto, espontáneo, inspira ternura, angustia y emoción.
Szydlowski se lanza entonces tras la pista de Rutka; intenta reconstruir su historia, localizar a sus familiares y amigos. Poco a poco logra todos sus objetivos. "Contacté con amigos que tengo en Israel y me puse a la caza. Localicé a una amiga de Rutka, Linka Gold, que actualmente vive en Londres y que pudo salvarse de Auschwitz gracias a unos pasaportes paraguayos falsos que algunas familias judías de Bedzin lograron obtener".
Tirando del hilo, con la ayuda de Menachem Lior, que conoció a Rutka en Bedzin, Szydlowski descubre que el padre de la chica, Yaacov Laskier, logró sobrevivir al terrible campo de exterminio. Sin embargo, su madre y su hermano fueron asesinados poco después de ser conducidos a Auschwitz.
Acabada la guerra, Yaacov reconstruye su vida en Israel, vuelve a casarse y tiene otra hija, Zahava, a la que no cuenta nada de su pasado hasta que, con 14 años, la chica encuentra una foto en un álbum de familia. En ella aparecen Rutka y Henius. El parecido de Zahava con la chica de la foto es escalofriante, así que pregunta, y Yaacov responde. Así conoce por fin la trágica historia de su hermanastra Rutka. Pero todavía no sabe nada del diario. Zahava tardará aún muchos años en enterarse de su existencia. Hasta que Szydlowski y Lior consiguen dar con ella.
El empeño de todos ellos ha hecho posible que el diario de Rutka, tras un proceso de comprobación sobre su autenticidad, haya sido publicado. Pronto lo será también en castellano.
"Estoy muy contenta de haberlo hecho posible", dice Sapinska. "Así, esta historia de la que puede aprenderse tanto no desaparecerá conmigo".










No hay comentarios:

Publicar un comentario